La nutrición es importante para todos. Lo que comemos puede influir en el sistema inmunitario, el estado de ánimo o el nivel de energía y una alimentación equilibrada y variada es la base para ayudar a mantener un cuerpo fuerte y saludable.
Unos buenos hábitos de alimentación pueden ayudar a prevenir enfermedades como la obesidad, la diabetes y la arterioesclerosis; asimismo, una mala alimentación puede afectar al desarrollo físico y mental, reducir el rendimiento o afectar al sistema inmune provocando que nuestro organismo sea más vulnerable.
Una dieta sana y equilibrada se consigue comiendo la cantidad correcta de alimentos en la proporción adecuada y con una continuidad; la alimentación debe contener los nutrientes esenciales para garantizar que el organismo lleve a cabo todos los procesos metabólicos necesarios y obtenga la energía precisa para poder realizar adecuadamente las actividades diarias.
No debemos olvidar en una dieta saludable la importancia de la ingesta de líquidos como zumos naturales, infusiones o caldos que ayudan a compensar la pérdida de fluidos del organismo manteniendo así una correcta hidratación.
El primer paso para pautar unas actuaciones dietético-nutricionales adecuadas es conocer el grado en que la alimentación cubre las necesidades del organismo realizando una evaluación del estado nutricional.
EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL DEL ADULTO
Este estudio nos permite detectar situaciones de exceso o déficit en nuestra alimentación y es importante tanto para la corrección de trastornos en personas enfermas como para su prevención en individuos sanos.
La evaluación del estado nutricional en los adultos incluye:
- Historia clínica y psicosocial, que nos ayuda a conocer factores que influyen en los hábitos alimentarios y contribuye, junto con la exploración física, a la detección de posibles deficiencias o excesos nutricionales.
- Historia dietética. Proporciona información sobre el patrón de consumo y el tipo de alimentos que se ingieren ayudando a identificar alteraciones existentes en la dieta habitual.
- Parámetros antropométricos y composición corporal. La antropometría evalúa el tamaño corporal y la proporción entre talla y peso. Cambios en el peso y en las circunferencias de la cintura y de la cadera, entre otros, son indicadores de variaciones en el estado nutricional, por ejemplo, una variación reciente de peso del 10% es indicativa de un cambio significativo en el mismo.
En cuanto a la composición corporal una de las técnicas más utilizadas para valorarla es la impedancia bioeléctrica que nos permite discriminar entre masa magra y masa grasa estimando así la cantidad de grasa corporal.
Tras la realización de esta evaluación podremos establecer de forma personalizada el tipo de dieta más adecuado para mantener o alcanzar el peso ideal con la finalidad última de adquirir unos correctos hábitos alimentarios básicos para una vida sana y saludable.